Un año más y aún es dificil decir adios...

"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene."

Jamás me puse a pensar en la sabiduría de esas palabras hasta que la muerte decidió demostrármelo. Como dice otra frase: Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, lo peor no es cuando se ve perdido sino cuando realmente se pierde sin la esperanza de recuperarlo y la vida te hecha en cara todo el tiempo perdido... desperdiciado.

Ya se cumplieron dos años desde la muerte de mi tía. Una persona cariñosa, amable, atenta, siempre pensando en los demás antes que en sí misma. Una persona que la sientes tan cercana que es difícil aceptar que se ha ido.

Por varios meses cuando sonaba el teléfono después de las 10 pm me imaginaba que sería ella llamando para saber cómo estaba su hijo. Cuando fui a casa de mi Abuelita el verano pasado, al estar en la cocina, mi lógica decía que era imposible pero mi ser deseaba verla entrar por la puerta tratando de no hacer ruido, preguntando por mi abue y con una cálida sonrisa en su rostro.

Este evento fue algo que cambió en parte mi vida. Quise hacer otras cosas que no había hecho por temor o por flojera. Ya no ve moy a la escuela sin despedirme de mi madre y jamás salgo de mi casa enojada, porque nunca se sabe tal vez yo no regrese o la muerte venga de visita inesperadamente (y no es que quiera atraerla, pero uno nunca sabe)

Me hizo comprender que no tenemos la vida asegurada y que lo único realmente seguro que tenemos, es la muerte. Despues de todo "La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja."