Si el país está en crisis, el mundo está en crisis lo más que esperamos es que no nos afecte tanto. Deseamos continuar con nuestras vidas tan normales como siempre; salir a pasear con los amigos quizás al cine, a algún bar o antro y por qué no… también podríamos ir a tomar un café, pero cuando llegamos a nuestro lugar de destino dispuestos a pasar un buen rato, nos damos cuenta que todo cuesta 10 pesos más que la última vez que fuiste… y ni modo, te ajustas al presupuesto: ves la película pero con palomitas medianas para todos, con una bebida menos que la vez anterior o con un café pero sin el panqué.
Crisis por aquí y por allá, crisis es la palabra en boca de todos y hasta respiras aliviado cuando te encuentras con cosas que aún conservan su precio económico. Te alegras terminar la semana con dinero extra que puedes utilizar en lo que te plazca.
Y si antes te alegrabas de tener tu tarjeta de descuento del camión o te decías a ti mismo “que bueno que aún soy estudiante”, después de leer o escuchar: «Aumento a la tarifa del trasporte público» de seguro te fuiste de espalda y gritaste ¡¡¡queeeeeeeeeé!!! ¿cómo?
Créeme no fuiste el único. Muchísimas personas dieron un grito que se oyó hasta el otro lado del mundo, que escucharon todos excepto las personas que deberían haberlo escuchado. La gente no dudó, ni tardó, en hacer un movimiento de protesta en contra de semejante acción. Partidos políticos que se dicen escuchar la voz del pueblo se taparon los oídos y cerraron los ojos para no ver ni oír los reproches de los inconformes.
La crisis económica fue un golpe para todos, pero definitivamente fue un Knockout para los que menos tienen. Si los alimentos suben de precio ¿qué hacemos? compramos comida de la más barata, dejamos de comprar cosas que no necesitamos y ya ¿pero, qué hacer cuando tu único medio de trasporte cuesta más de lo que esperas?
Ya es mucho pagar 6.50 por micro, si lo multiplicas por dos que ocupas para llegar a tu trabajo ya son 13 pesos y si le sumas los otros dos de regreso ya son 26, ahora súmale los 5 días de la semana ¿cuanto sale? 130 pesos ¡y eso sólo por una persona! Ahora, imaginar que además de usar el camión para tu trabajo también lo usas para llevar y recoger a tu niño de la escuela ¡y si no es uno sino más de uno! Agrega los que usas para ir al mandado u otras diligencias… al final acabas gastándote la mitad de tu sueldo en micros.
¿Cómo no se iba a manifestar las personas si de 6.50 suben el precio a casi 10 pesos? esos 130 iniciales se iban a convertir en 260 y ahora sí, definitivamente, trabajarías únicamente para pagar micros y micros y micros… Pero aún hay esperanza, dicen que ésta muere al último ¿no? y piensas ¡los gobernadores tienen que hacer algo!
Y lo hacen, a las tres de la mañana para que nadie les interrumpa, se reúnen y aprueban el aumento al transporte. ¡¡Qué gran solución!! ¿no? Que importa que el pueblo se muera de hambre si ellos pueden cobrar miles de pesos al mes, eso si es ayudar al que menos tiene…
Aún queda esta semana para revocar esa decisión, esperemos que dejen de hacerse de oídos sordos y los gobernadores hagan algo en provecho de todos y no sólo de sus bolsillos. Porque vivimos en un país donde todo sube menos el salario y quién está quebrado no es el transporte público sino la economía de todos los usuarios.
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